Por Orejas (I)

Día: un día cualquiera en la vida de una estudiante universitaria
Lugar: Tren de cercanías, entre Bellaterra y Barcelona
Personajes: una estudiante de historia
Grupo de tres chicas

Es última hora de la tarde de un jueves en la UAB, y una de tantas estudiantes se dirige hacia la estación tras finalizar su última clase. Allí coge el tren que se dirige a Barcelona, donde cambiará a otro que le llevará a su destino, Mataró, en total una hora y media larga. Así que se dispone a disfrutar del primer tramo. Se sienta, y como va sola, tiene dos opciones: dormir, la que más le atrae, o leer; al final su conciencia puede más y se decide por la última. Abre la mochila y… otra vez tiene que decidir, la Revolución Francesa, historia del movimiento obrero o un libro de Mendiluce, se decide por el último (esta vez pierde la conciencia),…
Mientras está inmersa en la lectura, los asientos libres de su alrededor son ocupados por tres chicas, pero ella sigue concentrada en el libro; está bien se titula El amor armado y se centra en el dilema de si es necesario el uso de la fuerza para mantener la paz… Pero de repente una palabra resuena en sus oídos como un eco… Mataró, Mataró, Mataró… Sin levantar la vista del libro, afina el oído (acción no recomendada para persona con problemas cardiovasculares)...:

Chica nº1:… Pues si, yo creo que estaria bien…
Chica nº2: Ya, pero queda un poco lejos, ¿no?
Chica nº1: Que va, me han dicho que hay un autobús que te lleva prácticamente hasta la puerta de la discoteca
Chica nº3: Oye, pero Mataró ¿dónde queda?
Chica nº1: No lo se bien, creo que está para la montaña, por allá, cerca de Granollers…

Momento crítico…, el libro comienza a bajar, los labios empiezan a temblar, ¿interviene? ¿si? ¿no?

Chica nº2: Yo creía que quedaba más hacia el mar…
Chica nº1: No, ¡que dices!, está para la montaña…

Llega la estación de Arco de Triunfo, su parada, se tiene que bajar. Así que, guarda el libro, se levanta… pero es mucho más fuerte que ella, así que se gira y sonriendo les dice:
- Mataró está al lado del mar –ante las miradas atónitas de las chicas finaliza- lo sé, porque soy de Mataró… Hasta luego…